La necesidad de una buena y constante higiene dental, ese hábito perdido, es muy necesario en la población gambiana -territorio en dónde hemos llevado a cabo el taller de higiene bucodental.
A simple vista hemos observado bocas en jóvenes con problemas severos impensables aquí o como mínimo alarmantes. Bocas de niños de 13 años con más de siete caries que se habían comido todas las piezas dentales, así como infecciones, y bocas con un grado de dolor muy preocupante.
Hemos observado una constante casi inmóvil: El sector anterior de los dientes, de canino a canino -tanto superiores como inferiores-, suelen estar poco dañados y bastante limpios; a partir de éstos, los premolares y molares -que son los que tienen superficie oclusal o masticatoria- están dañados de una manera grave por regla general. Esto se debe a la utilización como método de higiene dental a la masticación de un palo, que utilizan cuál cepillo de dientes por sus hebras. Con ellas pueden rascarse los dientes delanteros pero no los traseros. El precio de los cepillos dentales es casi tan elevado como aquí y a proporción incluso más. Lo mismo pasa con las cremas y pastas para la higiene bucal.